martes, 23 de febrero de 2016

¿Por qué las hamburguesas de McDonald’s no se ponen malas?




Seguimos empeñados en desmontar algunos de los mitos que siempre rodean a las cadenas de comida rápida. ¿Por qué las hamburguesas de McDonald’s -o de otras firmas de fast food– no se pudren con el paso de los días como ocurriría con cualquier otro alimento?

En Serious Eats se han propuesto dar respuesta a esta pregunta que circula desde hace mucho por la red y que, por supuesto, ha generado todo tipo de leyendas urbanas alrededor. ¿Quién no ha oído alguna vez hablar de las patatas o hamburguesas eternas que permanecen incorruptas año tras año? Por supuesto, la respuesta siempre suele incluir algún que otro comentario sobre los venenos de la comida rápida, los aditivos químicos y ese tipo de cosas que siempre suenan fatal.

Sin embargo, la explicación de este fenómeno es bastante más sencilla y tiene poco que ver con oscuras conspiraciones. Que sí, que la comida rápida es mala y las hamburguesas de esta cadena están lejos de ser las mejores del mundo, pero su longevidad se puede explicar con un poco de ciencia.

Así lo asegura el autor del experimento The Food Lab, que ha reproducido en su casa las condiciones en las que son cocinadas las hamburguesas de de McDonald’spara llegar a una conclusión clara: no hay nada raro en lo que les ocurre a estas hamburguesas, porque las caseras muestran un comportamiento muy similar con el paso del tiempo y tampoco se descomponen.


Así lo demuestra combinando diferentes ingredientes y comprobando la evolución de una hamburguesa totalmente casera (la carne y el pan) y otra con carne casera y bollos deMcDonald’s, e incluso analizando la influencia de la cantidad de sal en el proceso. Algo que le ha permitido llegar a una explicación para este curioso fenómeno de las hamburguesas incorruptas: no se pudren porque se secan. Algo así como una momificación del filete de carne provocado porque es pequeño, fino y se cocina mucho y a muy alta temperatura en la plancha, de modo que sufre un proceso de evaporación del agua muy rápido.

“Cualquier hamburguesa del mismo tamaño y grosor cocinada en las mismas condiciones se disecaría y no llegaría a pudrirse”, explica. La clave, por tanto, está en la humedad o, mejor dicho, en la falta de ella. De ahí que si estas mismas hamburguesas aparentemente eternas se guardan en una bolsa de plástico, el efecto de la condensación y el agua generada hará que en unos días aparezca el moho y comience la putrefacción.

La verdad es que en ninguno de los dos casos dan muchas ganas de hincarle el diente. De hecho tampoco es que recién salida de la cocina sea especialmente motivadora en comparación con las estupendas hamburguesas que pueden encontrarse por ahí o preparar en casa. Pero, como apunta el autor de este interesante experimento, al menos ahora ya tenemos una explicación para esas hamburguesas momificadas que cada cierto tiempo aparecen por las redes sociales y alimentan todo tipo de conspiraciones.


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